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He estado tomando Escozul por 8 años. Cuando fui diagnosticado con cáncer de próstata, recibí radioterapia y después cryoterapia sin resultados. Estaba deshauciado pero ahora mi calidad de vida a mejorado enormemente y mi doctor dice que no tengo cancer.
En 1997 fui diagnosticado con cáncer de próstata ya avanzado y PSA =19. El oncólogo que me atendió en Boston pues intento varias formas de tratamiento ( radioterapias, cryoterapia) que no tuvieron la efectividad esperada lo cual me llevo a un estado depresivo muy agudo. En aquel momento era un hombre tradicional que creía seriamente en los tratamientos convencionales y aun hoy todavía creo en ellos. Solo tenía 55 y apenas comenzaba a disfrutar de mi familia y de mis años de trabajo. Era triste para todos. Me sentía cada vez peor y no quería ir de nuevo al quirófano cuando mi hijo Nicholas me sugirió intentar con los tratamientos alternativos como posible solución o paliativo. La verdad no estaba muy convencido pues soy, hoy todavía, muy escéptico de estos tratamientos tan prestos a ser utilizados de manera errada y de ser manipulados por terceras personas que se benefician de la desgracia ajena. Mi hijo reunió información sobre los disímiles tratamientos y entre ellos estaba el escozul que le había recomendado un doctor cubano residente en Boston. Me decidí a probarlo pero no tenía fuerzas para viajar. Mi hijo hizo su primer viaje a Cuba a través de terceros países y allá en Guantanamo (Cuba) donde conoció del trabajo de Bordier.
Yo comencé el tratamiento y durante los tres primeros meses solo sentí mi apetito y mi ánimo que mejoraron todo lo cual me dio fuerzas para seguir usando este tratamiento. Mi hijo no tenía tiempo para ir a buscar más tratamiento pero me sentía lo suficientemente fuerte como para viajar a Cuba y lo hice por primera vez. Conocí a Bordier y tuve varias conversaciones con él. Durante un año viaje periódicamente a Cuba cada tres meses con el consiguiente problema pues ciudadanos de mis países no pueden viajar a esta isla y los que lo hacemos corremos el riesgo de una multa. Ese año la enfermedad no se detuvo pero si se retardo considerablemente. Al punto que mi oncólogo se sorprendió muchísimo al ver mis tests ya que para esa fecha yo debería estar muerto. Por supuesto que era otro. Había aumentado de peso, ya no sentía dolor y me parecía que estaba recuperado.
Y en todas mis pruebas mis parámetros daban dentro de los rangos y los Petscan decían que la actividad cancerígena había disminuido hasta un 45 %. Yo estaba feliz, mi familia estaba feliz y deje de viajar a Cuba. Deje de tomar Escozul. A los 6 meses justo mi estado se agravó notablemente y me di cuenta que mi cáncer estaba fuera de control otra vez, no hacían faltas pruebas de ningún tipo para saberlo. Junto a mi hijo Nick volví a viajar a lo de Bordier pero todo era muy diferente. La cantidad de personas que encontramos en lo de Bordier era inmensa y no había cantidad suficiente para todos. También existía una famosa donación, que aunque se paga con gusto nos sonó impositiva pues aunque no estipulaban una cantidad fija, en ese momento, recuerdo claramente el momento en que Nick le entrego 20 dólares a Bordier y este puso una cara de pocos amigos.
A los dos días volvimos a despedirnos y a dejarle una cantidad mayor pues considerábamos su labor como única y su recibimiento fue frio y solo al entregarle el dinero cambió un poco. El Escozul que traje de ese viaje me duro solo dos meses y no mejore pero tampoco empeoré. Por desgracia no podía viajar a Cuba como otras veces pues no podía ir solo y mi hijo no podía por cuestiones de trabajo. Me comuniqué con Bordier solicitándole consejo y este me respondió con la dirección de un clínica en México a la cual él consideraba sus distribuidores de Escozul.
En un año no volví a viajar a Cuba pues tomé el Escozul de Mexico el cual pagaba una cantidad determinada según la dosis que tomara. Por desgracia esto no me hizo ningún efecto. Y mi estado seguía de mal en peor. Por si fuera poco mi mujer falleció en ese tiempo lo cual me afecto considerablemente y me terminó de deprimir. Estaba preparado para morir y solo le pedí a Dios que me llevara sin dolor. Sin embargo mi hijo Nick no se resignó y volvió a viajar a Cuba para conseguir el Escozul directamente de Bordier. Cuando aterrizó en la Habana uno de los taxistas que le llevo desde el aeropuerto hasta el hotel, después que Nick le comentara el motivo de su visita, le sugirió ir a un laboratorio en las afueras de la Habana pues según este hombre era este laboratorio el que estaba autorizado para desarrollar este medicamento.
Nick viajó a ver a Bordier. Este le dio una botella de agua mineral con una cierta cantidad de veneno y le dio sus recomendaciones. A mi hijo no le gusto como la vez pasada el encuentro y decidió ir el último día a este laboratorio que le habían mencionado. Fue recibido temprano en la mañana, por suerte el llevaba un resumen medico de mi estado y le fue entregado un grupo de frascos con una etiqueta, sellado y con el nombre de Labiofam por fuera. Nick regresó y me contó toda su travesía, pero pesar de todo me decidí a mantenerme tomando el medicamento de Bordier y esperar a ver que sucedía.
A diferencia de las otras veces no sentí las mejorías que se notan en seguida que se comienza el tratamiento: disminución del dolor y aumento del apetito. Seguía igual. Sin decírmelo Nick preparó el medicamento de Labiofam y comencé a tomarlo sin yo tener conocimiento. A las dos semanas comencé a sentirme diferente. Con mucho más animo, más enérgico y con una mejor disposición. Así era como actuaba el Escozul cuando lo conocí. Al mes ya podía caminar un poco mas libre y el dolor casi ni lo sentía. Ahora tenía mucho más tiempo libre y mucha energía que no sabía en que emplear y comencé a indagar sobre el Escozul.
Volví a Cuba por más tratamiento después que terminé el tratamiento de Labiofam. El recibimiento en el laboratorio fue impresionante. Existía una diferencia notable ente la forma de trabajar y proceder de este laboratorio y la forma de Bordier; y eso me dejaba totalmente atónito. Y así fue que poco a poco surgió esta investigación en la que empecé solo pero que he seguido con muchas personas de una calidad humana encomiable. Hacia el 2005 vi surgir en Internet una serie de sitios web que hablaban del Escozul y pensé que al fin se me abrirían las opciones de venta y compra del producto de Labiofam y que no tendría que viajar más a Cuba pero todo fue falso. No fue más que el despunte de la comercialización del Escozul ilícitamente fabricado.
Han pasado 9 años desde mi primer contacto con Escozul y estoy vivo gracias a el. Pero también se lo debo a mi hijo, y la Labiofam.
Nunca he un consejo prejuzgado o subjetivo. Los hechos hablan solos más que cualquier análisis que yo haga desde mi posición. Esta página fue hecha para ayudar y para orientar pero se nutre de nuestras historias y cada día que pasa la ayuda aumenta y aumenta. Y la verdad ha ido mas allá de lo que alguna vez soñé pues hemos ayudado a muchas personas y solo su agradecimiento es un motivo para seguir. Eso es un privilegio.
Stuart Brandon